La cumbre de Montjuïc es un enclave ideal para la defensa, ya que tiene 360º de vistas sobre el territorio. Sin embargo, no fue hasta la Guerra de los Segadores del año 1640 que la ciudad construyó un complejo militar en el lugar donde había una torre de vigilancia. Esta primera fortaleza se convirtió en propiedad real en 1652, convirtiéndose pronto en uno de los principales protagonistas de la Guerra de Sucesión, entre 1705 y 1714.

A mediados del siglo 18, el ingeniero militar Juan Martín Cermeño se encargará de la remodelación del recinto, muy dañado durante la guerra. Es en este momento cuando el castillo tendrá el aspecto que todavía tiene hoy. La ciudad de Barcelona ha sido bombardeada desde el castillo en varias épocas de su historia, que también ha tenido funciones penitenciarias. Hasta 1960 el castillo se mantiene como una prisión militar y después es cedido a la ciudad bajo la dirección del ejército de la tierra. Tres años más tarde Franco inauguró allí un museo de armas.

Actualmente, desde 2007, el Castillo de Montjuïc es propiedad del Ayuntamiento de Barcelona y, por lo tanto, de todos los residentes de Barcelona.

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