Esta infraestructura se llevó a cabo utilizando tanques de agua y pozos y dos acueductos que traían el agua desde el rio Besòs y de la Sierra de Collserola. Ambos acueductos se unieron y convergieron en la Muralla Romana en el Barrio Gótico.

El agua era utilizada para uso doméstico y para las letrinas públicas. El agua usada fue expulsada al mar a través de un sistema de alcantarillado.

Aún no han descubierto restos del primer sistema de acueductos. Los restos del segundo sistema se pueden ver en plaza de la Catedral (una reconstrucción fue realizada por la ciudad de Barcelona en el s. XX) cerca de la Muralla Romana. A los pies de este acueducto, encontrarás una obra del artista catalán Joan Brossa: la escultura llamada «Barcino» el nombre con el que fue fundada la ciudad de Barcelona.

Otros restos del acueducto han sido recientemente descubiertos en 1988 gracias a la demolición de un edificio a solo unos pasos de aquí: en la calle Duran i Bas. Este acueducto forma parte de la estructura de un edificio que fue construido muchos siglos más tarde, aprovechando el acueducto como parte de su estructura. Tiene alrededor de 8 metros de altura y se mantiene en bastante buenas condiciones, considerando que tiene más de 2.000 años de antigüedad.