El principal factor que influyó a la hora de escoger la ubicación donde construir esta iglesia fue el precio de la tierra, ya que al ubicarse fuera de las murallas de la ciudad permitía comprar terrenos más grandes por menos precio.

Las obras del convento se iniciaron en 1877, siguiendo el proyecto de Joan Martorell i Montells. En ciertas fases de la obra se contó con la participación de Antoni Gaudí, quien por aquella época era ayudante de Joan Martorell i Montells.

La iglesia es uno de los más bellos ejemplares neogóticos de Barcelona, con influencia violletiana y neomudéjar, mientras que el antiguo convento, de piedra y ladrillo visto, tiene en su interior un patio y un claustro porticado.

La Iglesia y el Convento sufrieron varios incendios a lo largo de su historia (algunos de ellos, con tristes historias por detrás). Actualmente se encuentra totalmente rehabilitado.