Son 5 hectáreas de parque con suficiente espacio para combinar grandes áreas de césped y árboles. La escultora norteamericana, Beverly Pepper, dio forma decorativa y personalidad a un área verde que finalmente se abrió en 1988 con un proyecto de Andreu Arriola, Carme Fiol y Enric Pericas. En 1999 fue ampliado por Patrizia Falcone.

El arte con sus esculturas y farolas se combinan de forma natural con las líneas naturales del parque. En el medio de la zona cubierta de hierba se encuentran montículos de tierra volumétricos que representan un cielo caído, cubierto con pequeños fragmentos de azulejos celestes, se llama «Cel Caigu» (cielo caído). Está claramente inspirado en el estilo de Antoni Gaudí.

También encontramos unos bancos elaborados con piedra artificial que parecen piezas de ajedrez. El recinto del parque acoge también el Campo municipal de fútbol Fort Pienc.