Esta calle tiene una estructura peculiar y única en Barcelona. Formada por grandes casas señoriales del siglo XVII y XIX a ambos lados, que en muchos casos tienen doble entrada: una por esta calle y otra por la calle posterior. Lo especial de esta calle son los jardines y patios unidos por puentes. No es de extrañar que este ambiente haya servido de inspiración a películas como "El embrujo de Shangai" de Fernando Trueba o "La ciudad de los prodigios" de Mario Camus.
Además, esta calle es una de las pocas de Barcelona que continúa empedrada.

Más cosas especiales de esta calle: si te paras mirando hacía la Basílica de la Merced, puedes como al final de la calle, la virgen de la Merced parece suspendida en el cielo.
Y la leyenda más curiosa de todas: Donde está la "carassa", era la parte trasera de un burdel, donde se dice que Pablo Picasso, habitual de esta casa, se inspiró para pintar "Las señoritas de Avinyó".