Obras adicionales para ampliar el edificio original añadieron 3 alas más. La primera de ellas coincidió con la expansión de la muralla romana y es por eso que hasta hoy se puede ver cómo este edificio está unido, casi integrado, a en esta muralla. De hecho, esta parte del muro ha sido la única parte que sobrevivió a la rebelión de 1854.

Cuando en 1936 estalló la guerra civil, los soldados que estaban usando los edificios se marcharon. Posteriormente se decidió permitir que el Museo Marítimo de Barcelona utilizara las instalaciones. Después de la guerra tuvo lugar una necesaria rehabilitación que permitió tener también otras exposiciones en el mismo edificio.

La exposición vale la pena su visita, pero sobre todo recomendamos echar un vistazo al edificio principal: Es de un tamaño admirable y la arquitectura, pero simple y limpio.

Y no olvides visitar el "Ninot" del Mercado expuesto aquí.