Construido en 1850, el Pasaje Bacardí fue uno de los primeros pasajes comerciales cubiertos de la ciudad y destaca por su elegante estructura de hierro y cristal. Aunque hoy alberga principalmente bares y restaurantes, sigue conservando ese aire romántico y ligeramente decadente que lo convierte en un lugar perfecto para pasear, hacer fotos o simplemente resguardarse del sol o la lluvia… totalmente gratis.

Este pasaje es ideal para observar detalles arquitectónicos sin prisas, disfrutar de la luz natural filtrándose por el techo de cristal o sentarse a escuchar la música callejera que a menudo llega desde la Plaza Reial. Además, su ubicación lo convierte en un punto estratégico para explorar el Barrio Gótico sin gastar dinero.

El pasaje lleva el apellido Bacardí, pero no por el famoso ron cubano. Aun así, no son pocos los visitantes que entran esperando encontrar un museo de mojitos… y salen con una foto bonita y una pequeña decepción divertida.

Si te gusta descubrir lugares poco conocidos, históricos y gratuitos en el corazón de Barcelona, el Passatge Bacardí es una parada breve pero encantadora que merece la pena incluir en tu recorrido.