Este edificio estaba ubicado en la parte alta de la ciudad, accesible a través de una escalera, junto con otros edificios públicos o religiosos y el mercado interior. Este es el lugar exacto donde se originó la ciudad romana de Barcino. Hoy lo conocemos como el Barrio Gótico de Barcelona.

Durante los siglos siguientes y como el templo perdió su uso, muchos edificios comenzaron a ser construidos alrededor de él, dejando sólo visible algunos fragmentos. Durante el siglo XV, estos fragmentos dieron lugar a numerosas interpretaciones sin que historiadores y arqueólogos hubieran llegado a un acuerdo sobre la construcción a la que pertenecieron.

Sólo en el siglo XX se aclaró y ahora sabemos que era el Templo de Augusto. Y aunque actualmente sólo quedan cuatro columnas de capital corintio -cada una altura de 9 metros-, vale la pena su visita. No sólo es gratuito, sino que también es una parte importante de la fundación de la ciudad de Barcelona. Sin embargo, las partes entre los edificios que ya no aparecen siempre seguirá siendo un misterio.

Este Templo Romano de Augustus forma parte del conjunto del Museo de Historia de la Ciudad junto con:
*Villa Joanna
*Parque Güell
*Casa de las Aguas
*Oliva Artés
*Turó de la Rovira
*Fábrica Fabra i Coats
*Domus Sant Honorat
*Via Sepulcral Romana
*Mercado de Santa Caterina
*Plaza del Rei
*Puerta del Mar
*Domus de Avinyó
*El Call
*Refugio 307