Esta calle de menos de 1 metro de ancho, está situada justo donde la exclusiva calle Montcada con sus grandes palacios y sus ricos habitantes comienza.

En esta calle se encontraban varios almacenes donde se guardaba la mercadería sobrante del Mercado de Santa Caterina y del Mercado del Born. Su estreches, hacía que ventilar estos almacenes resultara imposible, con el resultado que la calle estaba llena de moscas continuamente.

Pero moscas no era todo lo que se escondía en esta calle: la gran "carassa" (en este caso el famoso "Papamoscas") ya nos dá alguna pista. ¡Allí estaba el burdel más concurrido de la ciudad! Incluso hay un dicho catalán que homenajea a esta calle: "Al carrer de les mosques hi ha funció a les fosques", que en castellano sería algo así: "En la calle de las moscas hay función por la noche".